jueves, 14 de abril de 2016

Cosas raras


Aún no sé si fue un sueño o sucedió en realidad. El pasado jueves casi me pegan. Gracias doy todos los días por tener memoria de pez y atracción a la violencia cero. Y no lo habría escrito ahora si no fuera porque hoy también he vivido otras dos experiencias que deseo olvidar lo antes posible. Una tiene que ver con el racismo más penoso y la otra con el machismo, cosa que no soporto.

Sé lo que tengo que hacer. Voy a  imaginar que no ha sido real, que ha sido solo un cúmulo de pesadillas de medio pelo, propias de una mujer de mediana edad a la que le preocupa seriamente la falta de importancia que le dan algunas personas la lenguaje. Y voy a imaginar que la sociedad no está tan contaminada de negrura en el alma como para no tener remedio o vuelta alguna.

Voy a pensar que estas dosis de cruda realidad social no son tantas y que ha sido todo pura casualidad.

Un beso a todas las personas que se rasgan las vestiduras contra la estupidez. mjo

Nota: Me voy a dormir. Quiero soñar un mundo mejor.

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