A veces sólo hay que pedir al cielo y la vida te trae lo que quieres ... más o menos.
Yo siempre he querido ir a Argentina. Creo que antes de nacer incluso, ya soñaba yo con la Pampa, con Buenos Aires y con Piazzolla. (Claro, los sueños vienen siempre con música en mi cabeza.) Y aunque es cierto que aún no he ido, un poco de Argentina empezó a venir a mí el día en el que al chico artista se le ocurrió traerse aquí a una guapa novia de allí. También vino su madre, algunas hermanas, amigos, amigas, sobrinos, ... y todo, para que yo fuera un poco más feliz. Gracias, vida, eres un regalo continuo.
El caso es que ya tengo una manta de caballo, algún vinilo de Gardel y un poncho precioso, que aunque es más italiano que otra cosa, con él, me siento muy porteña.
Un beso de mate prometido. mjo
Nota: Tenemos que ir, ¿verdad?
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