martes, 28 de agosto de 2018

Bajo una árbol


Hay quien vive obsesionado por el tiempo, por el dinero, por los viajes al extranjero, por los pasteles, los helados o los estofados. Hay quien sueña con hoteles de lujo, con perfumes caros, con vestidos de volantes y lentejuelas. Hay personas que necesitan tecnología, multimedia, la red social. Yo no puedo vivir sin aire libre. Sin árboles, sin agua y sin atardeceres en los que la brisa toca mi piel y mueve mi pelo, yo, sencillamente, no puedo, me apago. Me gusta más que otro montón de cosas. Me hace sentir bien y sentir que estoy viva. Me viene de familia, lo sé. Aficionados al balcón y a la siesta bajo un árbol bien frondoso y alto. Enamorados del monte, del campo, de las excursiones con ríos de agua fresca. Es lo que viví, es a lo que estoy enganchada y es lo que quiero que tenga él. Tal vez prefiera otra cosa, está en la edad, pero yo le enseño los encantos de la madre naturaleza en lugares sin mucha gente y poco a poco creo que va desarrollando un gusto compartido conmigo que incluye aves, flores y puentes de madera y piedra. El mundo es inmenso, elige que parte quieres conocer de él.

Un beso descalza. mjo

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