
Aquí, el galán de los viajes cortos y largos me pilla a veces despeinada, descalza y con el plumero, la brocha, o el estropajo. Glamuroso 100% ¿verdad? O no me pilla. Porque casi nunca estoy (estamos) cuando llega. El frigorifico le recibe vacío porque ya nos lo hemos comido todo. Y la casa reposa, bendita, silenciosa y acogedora esperando su vuelta. No somos una estampa clásica, lo sé. Somos una familia.
Un beso de sábanas limpias. mjo
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