martes, 9 de septiembre de 2014

Algo ligero para después de la cena.


"Exactamente en el mismo momento en que el pequeño Septimus se desperezaba tras su siesta, metía sus dos pies de once años en unas zapatillas para unos pies de catorce y se acercaba a la ventana de su cuarto, la señorita Prim cruzaba la oxidada verja del jardín. El niño la miró con curiosidad. A primera vista no mostraba aspecto de estar nerviosa, ni siquiera un poco asustada. Tampoco tenía aquel aire amenazador que poseía el anterior encargado, ese aparentar saber perfectamente qué clase de libro iba a pedir cualquiera que se atreviese a pedir uno."

El despertar de la señorita Prim. Natalia Sanmartin Fenollera.

Cuando entre el otoño, y después el invierno, ya habrá tiempo para lecturas más intensas.

Un beso de martes de cielo azul. mjo

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