domingo, 22 de marzo de 2015

No sabemos trasnochar.


Me ha despertado el estruendo de un duathlon dominguero que no deseo tras una noche de fiesta ni a mi peor enemigo. Luz de mañana plomiza, mucha sed y un desorden espantoso imperan en un hogar que pide a gritos un poco de limpieza. Quedaron esparcidos los modelitos que no vencieron en la competición de bailar conmigo, algunas cajas, botes, paquetes, utensilios de cocina, todo lo necesario para no dejar insaciadas 21 bocas adultas y 7 chicas. Las gafas, la cámara, la cartera, ... juguetes varios, .. y paro, porque la lista es más que larga.

Se celebraban cumpleaños varios, y todo parecía poco. Creo recordar que hubo 4 tartas, vinos de diversas casas y una bebida especiada de la que salían chispas, colorines y burbujas. Sobraron manjares, faltaron horas, y se repartieron ratones, huevos de chocolate y pan de leña para el desayuno del día siguiente, incluso se devolvió un paraguas negro intercambiado allá por carnavales. Vamos, una fiesta en toda regla.

Y hoy esta casa parecía un campo de batalla. Y mis chicos y yo, los vencidos.

Y lo peor de todo es que, la fiesta, ni siquiera fue en nuestra casa.

Un beso de domingo con siesta, susto y todo. mjo

Nota: Insaciada en castellano igual no, pero en portugués, es correctísima palabra.

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