"Y mis padres no dejaban de repetir lo maravillosamente bien que me estaba adaptando a la vida de Nueva Zelanda. A menudo decían -a todo el que quisiera escucharlos- que era muy buena señal que no abriese Facebook cincuenta veces al día para saber qué hacían mis amigos de Irlanda, y que ni siquiera pareciese sentir la necesidad de mandar mensajes a Oscar todo el tiempo. Que conste que esto al final resultó ser uno de los peores errores de mi vida."
Una tarta de manzana llena de esperanza. Sarah Moore Fitzgerald
Un beso adolescente, como este libro. mjo
Nota: Se nos acaba marzo. Lloraría, si no fuera porque estamos de vacaciones, con el cambio de hora hemos ganado luz de atardecer y encima creo que ... (esto no lo puedo decir).
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