"El abuelo fue un hombre en esencia riguroso consigo mismo y con los demás. Se levantaba a las seis de la mañana, acicalaba, se vestía su inmaculado traje con precisión militar, desayunaba sólo un café y se iba andando, siempre andando, antes de que el primer obrero llegase, al taller que estaba en la zona fabril de Olabeaga."
Las flores de Baudelaire de Gonzalo Garrido
Un beso a la chica de rastas. mjo
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