martes, 14 de noviembre de 2017

Los martes al sol


Paseos de vieja me gusta llamarlos. Y no es que yo me sienta vieja. Mucho menos la guapa que me acompaña. La suerte y el destino ha querido nuestro encuentro en la farmacia del centro. Al salir, mientras ella espera respuesta en su teléfono, la abordo con media palmera pequeña de chocolate. No se niega, claro. Y se ríe. Me gusta cuando se ríe. La quiero desde la primera vez que le puse el ojo encima. Hace tiempo, en aquella clase de psicología. Han pasado ya algunos años. Y los que nos quedan. Somos amigas de secretos de parque y de aceras de noche. Somos hermanas de dolores varios y de remedios también varios. Ella acogió una criatura que yo vi nacer, verde y bonita. Una aloe vera de pocos meses. No sale de mi vida aunque le cambien la jornada y siempre que me la encuentro me falta tiempo para pedirle: ¿Nos damos un paseo al sol, como dos viejas?

Un beso a la guapa que no quiere que le llamen guapa. mjo

Nota: Pero seamos sinceras, es muy guapa.

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