Volví a leer aquel libro de mi reposo infantil. Sí. Y curiosa la memoria, había cambiado partes de la historia en mi cabeza. El final no era el que yo recordaba. Ni la edad del niño francés, ni un montón de detalles de la historia. Es como si hubiera leído dos libros. Uno entonces y otro ahora. Bienvenido sea en las dos ocasiones. Un libro siempre enseña. ¿Y si lo lees dos veces? ¿Enseña el doble? Depende.
Un beso de ordenador y plancha. mjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario