lunes, 27 de julio de 2020

Soy una miedosa


Lo que iba a ser un pequeño paseo se convirtió en una larga vuelta. La noche se acercaba mientras yo escuchaba a Sabina en canciones sobre amores, putas (perdón por el taco) y demás fauna ibérica. 19 día y 500 noches, para más señas. Las formas comenzaron a convertirse en siluetas y la luz de la minúscula luna no alcanzaba a iluminar más que una pequeña vela en el horizonte. Ay, madre, pensé. Ahora es cuando ... Y es que soy una caguetilla. Aceleré el paso, me agarré a los bolsillos de mi pantalón y miré el camino de frente. La última vez que me pasa esto. La última. Tengo que aprender a calcular los recorridos. Los pequeños sonidos de la noche son distintos a los del día, como la tabla sobre la que caminas, que cuanto más alta está, más vértigo te da. Siendo siempre tu equilibrio el mismo, y el mismo el grosor de la tabla. 

Llegué completamente de noche y con el pulso acelerado pero feliz. No hay nada como superar los miedos. Te da una estupenda sensación de superación. 

Un beso a las personas que caminan sin reloj. mjo

2 comentarios:

Gontzal dijo...

Esa sensación cuando atísbas a ver la luz que te resguardará de la oscuridad es única. Es como llegar a la meta. Un alivio antológico. Muxus

marieta soul dijo...

Eso mismo. Un alivio antológico. Fantástica definición.

Un beso de ayer te vi pero estaba con una chica del rincón y tú seguías un niño muy guapo. mjo