lunes, 17 de diciembre de 2018

Feliz


Lo dijo como un halago. Sin importancia alguna. Dejando caer la frase como un regalo en día de mercado. Sutil, sincero, y efímero como el perfume de un flor en primavera. Así fue su comentario. No grabé sus palabras pero sé que oí que era un lector apasionado. Un niño feliz con un libro en las manos. ¿A quién habrá salido? Bromeaba luego. Yo le miro y sé que es cierto. Que con seis meses escuchó su primer cuento con los ojos muy abiertos y desde entonces no ha parado ni un momento. Da igual si es ciencia o comic, novela o cuento. Lo importante es que lea. Que haga de esa suerte humana, la de tener libros siempre a su alcance, una costumbre, una afición, una elección. Y que disfrute de lo que lea. 

Un beso a las andereños con vocación. mjo

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