domingo, 12 de mayo de 2019

Dos joyas


Totalmente insignificante me siento. Quien lleva consigo ese don y lo comparte con generosidad, me hace sentir pequeña, inservible y enamorada. Pierdo fuerza, se me ensancha el alma y de mi boca solo puede salir la palabra gracias. Es tanta la felicidad que me trasmiten, que no se me ocurre mayor gloria de este mundo que el poder dedicar tus horas de trabajo a algo tan bello como la música. (O a las plantas, claro).

Sí, ha empezado Eleizetan, y dos maravillas como Lulavai y Alos Quartet ya han regalado perlas a nuestros oídos y paisajes nuevos a nuestros mundos sonoros. Embelesada ayer y hoy sin poder remediarlo. El aire me hace caricias en la oreja, me mueve la cabeza y las manos y todo danza y danza. Sí, la música es un regalo para el alma. 

Un beso de arpas y un abrazo de violines. mjo

Nota: Y en la mejor compañía.

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