jueves, 19 de abril de 2012

En casita.


Menos de 30 páginas me quedan por leer en el libro que no se separa de mí durante estos días y algunas noches. Claro, siempre deseas saber el final, pero a la vez, sabes que llegar hasta ahí, supone que se acabó. Que ya no hay más. Que tienes que buscarte otro que vuelva a gustarte, que vuelva a interesarte y entregarte a la lectura hasta otro final. A veces, las relaciones no son tan intensas, y las interrumpes a medias, incluso casi al poco de empezar. Esta vez no ha sido así. 30 páginas, y a por otra aventura amoroso-intelectual con un ser de papel y algo de cartón.

Para esas 30 últimas páginas buscaré un lugar y un momento de tranquilidad. He estado leyendo en el desayuno, durante las esperas, mientras oigo como ensaya mi hijo con el carillón, ...de cualquier manera. Ahora necesito algo más de tranquilidad. Un poco más de entrega para disfrutar del final de esta extraña historia, La mujer del viajero en el tiempo de Audrey Niffenegger.

Encantada me quedaría yo ahora mismo en casita (con lo que llueve) con una manta y una infusión de azahar. Pero ... no va a ser posible. ¿O tal vez sí?

Un beso grande y buen día. mjo

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