martes, 22 de noviembre de 2016

Acentos y tildes


Son mi gran pasión. Con sus reglas, sus excepciones, su discreta importancia. No puedo olvidarme de ellas. Sin ellas todo cambia. Nada es igual, nunca. Amo o amó, cambia el tiempo y también al sujeto. ¿Cómo va a ser lo mismo? Las cartas de amor dependen de las tildes. Vamos. Los cuentos, siempre con ese tiempo pasado. Los verbos irregulares, que a su rareza, a veces, acompaña solidaría esa pequeña marra en el tejado. Imprescindibles. Olvidadas a veces, injustamente con la excusa de la mayúscula. Ten cuidado, por favor. Es como escribir con mala letra. O peor. 

Él las ha entendido a la primera y le ha valido la mejor nota. Y yo estoy muy orgullosa. Mucho. 

Un beso con corazón y un corazón con tilde en la segunda o. mjo

Nota: Por localizarse la sílaba tónica en la última posición y terminar en n.

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