jueves, 8 de enero de 2015

Entre telas.


He calzado almaceneros, cosido bordados chinos, cubierto de cajas un almacén. He imaginado hormigas con bombín, prostitutas con lentejuelas, algún soldado con plumas y un cocinero con guantes de lana y servilleta color carmesí. He pintado un sol naciente, un letrero de comida para perros y algún que otro mantel. El del séptimo de caballería, el que canta Guantanamera, la reina, la mujer libre, la que vigila al maquinista, ... A veces ha cosido, otras he elegido, otras muchas he sacado de mi propia maleta si ello era necesario, muchas muchas me he pinchado, cortado, equivocado y sobre todo ... muchas he disfrutado. Es lo que tiene este trabajo mío. Es lo que tiene que me guste el teatro.

Ahora ando entre telas de lino, descalzando Quijotes y abrigando Sanchos, que andan los tiempos raros para la lírica y a un conocido se le ha metido entre ceja y ceja sacarle el polvo al Miguel de Cervantes. En una versión muy francesa, todo hay que decirlo. 

Y la triste figura y su afable escudero, han sido mis desvelos de estas últimas noches antes del estreno. Como siempre, no llego. Mañana, antes de levantar el telón estaré, es un clásico en mí, cosiendo las últimas puntadas. Es lo que tiene ser como soy. Lo sé.

Un beso de lino y puntilla. mjo

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