martes, 13 de enero de 2015

Se me caía la baba.


Yo quiero esos sombreros preciosos, esos vestidos de gasa, esas casas embellecidas con flores, esas hermosas vistas al mar. Yo quiero verme con esa luz maravillosa. Y es que no puedo ir a ver una película suya sin morir de envidia por la protagonista. Y lo sé, aquí ocurre como con la bebida esa con burbujas, o eres de naranja o eres de limón. O no te gusta o te encanta. A la de mi derecha no le gustó casi nada y a la de mi izquierda le gustó bastante, y yo ... yo volvería hoy mismo a verla para deleitarme los ojos y los oídos. Y es que Woody Allen es alguien a quien admiro en todo lo que hace. Y no es racional. Es pasionoso. Ayer en "Magia a la luz de la luna" cada encuadre era una postal y cada diálogo una lección de orfebrería. Todo en ella era bonito. Todo más que correcto. Todo para querer ser la protagonista y caminar sobre esos zapatos con flores y lazos de tela. En otra vida quiero ser musa de este genio del Bronx. Por favor.

Un beso de martes y 13. mjo

Nota: Yo tengo un plano de Nueva York. La de mi izquierda me lo regaló y no se puede imaginar la ilusión que me ha hecho. Es imposible de explicar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo sentí lo mismo, peor no habría sabido expresarlo también. Salí con los ojos llenos de belleza, la ropa, las casas, al decoración, los paisajes ¡Ay! La música me encantó. habría entrado corriendo a verla de nuevo, tan hermosa, tan llena de detalles, como que salga un destello de sol en el guardabarros del coche. Las escenas bañadas por luz dorada siempre me encantan, y me llegan dentro
Ojalá la hubiéramos visto juntas.
Mil besos
Fátima