miércoles, 17 de febrero de 2016

Cada día


Las campanas de las 9 suenan a mi paso por Larrea. Todo está cubierto de un fina de blanca escarcha. El sol enseña sus primeros rayos por encima del muro de piedra. Escribo en el aire la lista de la compra mientras repaso con la otra mano las tareas que me esperan abajo. Por el camino entre arboles, encuentro la nota con los músculos y los huesos que ni sabía que habíamos perdido. Nadie la ha visto. Nadie ha hecho nuestros mismos pasos. Hace frío, sin embargo yo no lo siento. Tan sólo, acaso, en la punta de la nariz, que imagino roja y congelada, con una estalactita de gota de agua propia de mi personalidad. Al llegar al centro, saludo a todas esas profesoras que van andando a la escuela. Hablamos del frío, nos deseamos buen día, .. y una vez en mi calle agarro las llaves que están en el bolsillo y las siento heladas. Pobres. 

Un beso a todas las personas que caminan y disfrutan del camino. mjo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo también disfruto muchiiiisimo paseando
Otro beso para tí
Fátima