Hace 716 años se fundó la Villa de Bilbao, precisamente en el enclave
fluvial en que el río se convierte en ría:
Bilbao nació en el punto más alto al que llegaba el flujo de las mareas.
Anclada a ese núcleo original, la villa fue creciendo mientras remontaba ambas orillas
hacia el mar.
Ahora, la Noche Blanca se celebra
cada año en torno a la fecha de junio en que se fundó la Villa.
Este año 2016, la propuesta configura un itinerario de luces, formas y sonidos, un trayecto lleno de sorpresas e impresiones que remonta las aguas desde el corazón de Bilbao, en el Casco Viejo, hasta el extremo occidental de los barrios de Deusto y de Zorroza.
Mucho ha cambiado Bilbao a lo largo de los siglos, pero siempre ha
permanecido leal a la columna fluvial que vertebra su identidad. En otro
tiempo, la Ría concentraba la actividad mercantil, marinera y
siderúrgica; ahora vierte su energía en tareas muy distintas: el arte,
el ocio y los servicios. En torno a la Ría han cambiado las ocupaciones,
pero no la naturaleza de una ciudad dinámica y activa, que siempre se ha sentido segura de sí misma.
La Noche Blanca 2016 va a ser una espléndida oportunidad
para pasear —y conversar— a lo largo de un camino de luz y de sonido,
lleno de sugerencias e impresiones. La excusa perfecta para vivir la
noche en una ciudad singular en su pluralidad. Una hermosa sinfonía de
ciudad.
Un beso para el chico que me anima a ir a verlo. mjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario