lunes, 16 de marzo de 2020

Yo me quedo en casa, ... en calcetines


Con toda mi buena voluntad y el mayor de los cariños, escucho a una chica en la radio explicar a todas las que estamos a la escucha, unos pequeños consejos para pasar estos días de cuarentena con elegancia, dignidad y, sobre todo, sin caer en la tentación del abandonamiento.

Aconseja, a las personas que trabajan desde casa, que no anden relajadamente y en pijama. Que estos días de encierro, mantengan la higiene e incluso el aspecto, duchándose y vistiéndose cada día para enfrentarse al curro como si en una delegación cualquiera estuvieran. 

Yo, que ya soy de normal casera, entiendo esto que dice, pero casi que no lo comparto. 

Ando estos días con el pelo revuelto (más revuelto de lo acostumbrado) y vestida con ropas flojas y descalza (muy descalza) como es en mí lo habitual. 

Yo no creo que debas subirte a unos tacones de aguja rojos, esos que te compraste para la boda de tu prima en Lourdes, y que se aburren en el armario porque no encuentran momento para salir de nuevo. Ni que la ropa, ésa que ya has planchado en los primeros días de recogimiento, debas usarla para ponerte al ordenador, para después volver a cambiarte para hacer tal vez unos ricos espaguetis. Y tu cabello. ¿Qué problema hay en no llevarlo alisado, y lucirlo rizado, o encrespado? Ya pasamos bastante tiempo arreglándonos para salir a la calle, como para hacerlo también para estar en casa. Si no falta la higiene, ¿qué más da la indumentaria o el arreglamiento? Yo estoy monísima, así, con mi pantalón de la pantera rosa y los calcetines de botones, la camiseta de la furgoneta california y la chaqueta de punto que me regaló una amiga porque ella ya no la quería. Los labios no me pinto, pero por ahorrar, que me costó un pico la barra.

Aquí va mi más sincero consejo: Si te gusta arreglarte, hazlo, y si no lo necesitas, no lo hagas. Vive a capricho. Que la vida son dos días, y catorce vamos a estar de encierro. 

Un beso de ducha diaria. mjo

Nota: Reconócelo, todas nos quitamos la plancha en los dos primeros días de la cuarentena.

2 comentarios:

Gontzal dijo...

La plancha es un invento del demonio. Tampoco yo comparto mucho eso de arreglarse y tal. Sus razones habrá pero de mi casa para dentro yo cómodo.

marieta soul dijo...

Y de casa pa´fuera... también.

Un beso pilatero. mjo