martes, 8 de julio de 2014

En dos minutos.


Me froto los ojos, de estiro, me tapo. Canto (en bajito) tres veces, suspiro, me emociono. Me pongo nerviosa. Contenta. Me late con fuerza. No aparto la vista, cruzo los dedos, escucho. Así todos los días, todos los años. Desde hace mucho. Escucho el cohete. Escucho los cencerros. No respiro. Me clavo en un deseo, me ahogo en un grito mudo. Cuidado, cuidado. Reconozco algunas caras, algunos mozos. Si no se caen, si no se giran, si no se pierden y se separan, ... si todo acaba bien y no hay que lamentar heridos, entonces, ... ya puede empezar el día. 

El mejor encierro es el que acaba en el bar desayunando con los amigos. -Ha dicho el chico de la carrera bonita, la gorra de ganadero, los ojos claros y la tez morena.

Me encantan, sé que es una locura, pero ...

Un beso con pañuelo rojo hasta el último día. mjo

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