sábado, 25 de abril de 2015

Se lo debemos.


Nombres.

"A la casa de los nombres acudían, queriendo llamarse, las personas y los bichos y las cosas. Los nombres tintineaban, ofreciéndose: prometían buenos sones y largos ecos. La casa estaba siempre llena de personas y bichos y cosas probándose nombres. Helena soñó con la casa de los nombres y allí descubrió a la perrita Pepa Lumpen, que andaba en busca de un nombre más presentable."

El libro de los abrazos. Eduardo Galeano.

Un beso exiliado. mjo

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