Si
pasas una tarde por el Sukoi y te
encuentras un grupo de chicas compartiendo un pastel de espelta o una cena con
vino o una infusión de canela, no te extrañes de nada de lo que oigas o veas.
Pueden reír, bailar, cantar o llorar. Son unas diosas. Y tienen algo muy
importante en común: se quieren divertir.
Todas
estas chicas del pañuelo han pasado,
están pasando o van a pasar por un proceso que dibuja en una vida un antes y un
después. La quimio, la radio, informes, bajas, altas, análisis, pruebas,
médicos, más pruebas, operaciones, … No es fácil. Por ello, todas ellas quieren
ayudar y ayudarse en este trayecto complicado que les ha tocado vivir. Y si es
posible, hacerlo con mucho cariño y una sonrisa bien grande.
Hace
unos días fue el cumpleaños de una de ellas y lo celebramos por todo lo alto.
Como debe ser.
Porque la vida,… hay que celebrarla todos los días.
Un
beso ... enorme, chicas. mjo
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