Siempre que me encuentro ante un horizonte plagado de notas a lápiz, me pasa por la cabeza el mismo pensamiento: Cortar pelo.
¿Sabes esa expresión de soltar lastre? Sí, lo de eliminar lo prescindible para seguir más ligera, más rápida, centrándote sólo en lo verdaderamente importante (léase familia, amistades, tareas), eso es lo que me viene a la mente en días como hoy que no veo yo manera de encajar acciones a desarrollar y número de horas que tiene la jornada mía (que para las 22:30 suelo estar frita) Y es entonces cuando pienso: ¡Pelo fuera! Cuánto más corto, mejor. Una cosa menos de la que ocuparme.
Y, en cuanto acabe de escribir esto, me voy saltando a la peluquería, a ver a mi amiga P. que es la mejor cortadora de pelos que he tenido yo nunca.
Un beso grande a las chicas con melena, rizos, etc. mjo
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