Horas por delante y varias cosas importantes en una lista que nunca (nunca) veo vacía. Eso tiene su lado bueno. Claro. Los vestidos de las chicas que irán a Gijón, las cajas de un desconocido y sus fotografía y los artículos que retiene mi cabeza hasta que ya no me quede tiempo y me tenga que poner a pasarlos a palabra escrita. Soy así, ordeno las tareas por colores, por impulsos, por deseos, y así me va. Tal vez no me pueda ir de otra manera. Tal vez este agua viva en Mombasa, msabu. Hay maneras que no se pueden cambiar. Otras sí. Muchas. Gracias.
Dejo esto y me pongo con aquello, que el tiempo de la mañana siempre es más fecundo que cualquier otro. Y mi lista, que nunca (nunca) se vacía, siempre (siempre) se renueva. Y eso sí que es bueno. Muy bueno.
Un beso a las personas que no hacen presas en los ríos. mjo
No hay comentarios:
Publicar un comentario