En esta casa somos capaces de perder el documento nacional de identidad, perder el papel de la denuncia de la pérdida, y perder la copia hecha de la denuncia de la perdida ... por si se pierde la denuncia. Vamos, que ya que estamos a perder, lo perdemos todo.
Yo a veces pierdo, denuncio y luego encuentro. Pero, son las menos. Lo normal es que pierda algo en extrañas circunstancias y no lo vuelva a ver nunca más. Las llaves, (da igual si son de casa o del coche) la agenda, el paraguas, la bufanda, una chaqueta. Agotador. Y el tauro de la familia es igual. Lo mismo pierde el móvil, que la cartera, que una maleta. Y como somos iguales, llegó el tercero para rematar la faena. Nos pasamos el día buscando cosas que no encontramos. Se nos van los días en reponer.
Y luego está el capitulo de las caducidades. Se nos puede caducar el carnet de conducir 6 mes o 3 años. Nos da igual. Hasta que no suena una campana de urgencia, ahí estamos, felices en el desconocimiento del delito. El día que nos pillen, nos crujen.
De todas formas, no hay pérdidas importantes más que las de las personas queridas. Y esas, no vuelven. Hoy podría ser un día de cumpleaños. Pero no. Y si soporto eso, lo soporto todo.
Un beso a la chica que nunca perdía nada. mjo
2 comentarios:
Precioso
Mil gracias
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