martes, 2 de julio de 2013

Hoy me piso la campana.


Harta de tanto pitillo, elástico y tobillero ajustado, hoy me he plantado unos vaqueros que tienen algo más de 10 años, y con más campana ... Creo que fui a un concierto de Ariel Rot con ellos. (Madre, cuánto ha llovido.) Son anchos de pata, de cintura baja y un color indefinido, pero me encantan, y se han librado más de una vez de acabar en el contenedor de textil para reciclar. Hoy me los he puesto en señal de rebeldía y porque me ha dado el punto. Rebeldía (un poco) a las modas, tan fluorescentes este verano y tan apretadas, y porque me ha dado el punto, que total, cada una se pone lo que le da la gana. Y más feliz que un ocho,  porque aún entro en ellos después de tanto tiempo. No pesan los años, pesan los kilos, decía algún anuncio de la tele en blanco y negro. 

Y para rematar la jugada me he puesto unas zapatillas anchas de cordones, color camello y una camiseta con el dibujo de un gato negro. Marcando estilo, si señor. Ay, si la Beckham me viera, se moría del espanto. O lo mismo me copiaba el modelito ... No, no creo. Le falta percha.

Bueno, mi campana años 60 y yo nos vamos a crear tendencias. Recógete el pitillo, que paso.

Un beso grande, ande o no ande. mjo

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