sábado, 7 de junio de 2014

Anna Gavalda.


Con camisa blanca de hilo, vaquero gastado, chaqueta de traje rosa y unas sandalias azules apareció en el salón de actos de la Biblioteca de Bidebarrieta de Bilbao. Llevaba el pelo con mechas rubias, peinado despeinado hacia arriba, unas gafas enormes (de esas que sólo sientan bien a las guapas) y un sencillo anillo de piedra color ... indefinido (un rojo, marrón pálido) Nada más. Entró por en pasillo central, alta, firme, delgada, sonriente y orgullosa. Estaba lleno. Hasta la bandera. Y eso es como para estar contenta. Hablaba, bromeaba, gesticulaba, ... con un tablas envidiables. Hora y media nos tuvo pendientes de ella. Y de sus libros. Desveló algunos secretos, confesó algunas manías, ... claro, todo esto en un francés tan bonito que todo parecía más bello y más dulce. 

Dijo cosas como que lo importante es la ternura, que los personajes le cuentan las historias, o que da igual la botella, que lo importante es que emborrache, (esto contestando a una pregunta sobre los libros electrónicos) También dijo que cada persona es digna de ser protagonista de un libro y que es una privilegiada por ganarse la vida escribiendo historias. Y más cosas que ya os contaremos.

Nos gustó. Se nos notaba. Y me alegro de haber ido a verla y a escucharla ... y además con las chicas del rincón. (Qué bien.)

Un beso y buen fin de semana con solete y coros. mjo

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