Es estupendo cuando la felicidad es una bañera con mucha agua, un montón de espuma, un barco pirata y todos los play mobil (armas incluidas) de las últimas navidades.
Volvió de la fogata sucio, cansado y bastante chamuscado. (Es lo que tienen las hogueras de barrio, que te dejan jugar con el fuego.) No ofreció resistencia. Había sueño. Y es que es lo que tienen las vacaciones, que agotan al más inagotable, aunque diga que no. Él siempre quiere más pero los ojos rojos y el morrete sucio le delatan. De vez en cuando hay que descansar.
Tras el baño hay que hacer deberes (estas profesoras están ...) y después a jugar. ¡Qué la vida se nos va!.
Le pedí un deseo a los troncos ardiendo, que este verano nos veamos más.
Un beso de San Juan. mjo
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