miércoles, 4 de mayo de 2016

Ahí va


Se aleja despidiéndose con la mano. Caminando como si supiera a dónde va. Canturreando algo. Seguro. Saltando. Viéndolo todo con ojos nuevos y muy poca memoria. Se gira para ofrecerme el último beso, para enseñarme una nueva sonrisa. Ahí va lo que yo más quiero. Lo más bonito. Lo más ...

La abuela siempre salía a la ventana y yo me giraba antes de doblar la esquina para agitar la mano. Cada día. Hay cosas que no cambian, pienso. Los amores de madre llevan siempre los mismos ingredientes: paciencia, adoración, esperanza, previsión, preocupación, ternura, inquietud, curiosidad, ... y mil más. Y son esos ingredientes los que guían nuestro pasos (los acertados y los equivocados) y son esos también los que nos hacen decidir en cada momento. 

Una piña en Bizkargi, una cabeza. Nada grave. Ambulatorio, por si acaso. Un buen bollo con chocolate. Ducha tibia. Y a seguir la vida. Todo está bien. Todo está en su debido orden.

Un beso a todas las madres que sonríen aunque vean sangre. mjo

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