No miento nunca. Lo juro. No pongo excusas. No falto a mi palabra. No doy rodeos. Digo lo que digo y lo que digo es lo que es. Sin vuelta. No tengo que hacer memoria sobre las mentiras que inventé o sobre lo que dije o callé. Digo que lo que quiero decir y cómo lo quiero decir. Lo que siento y lo que pienso sale sin torpezas de mentiras, sin teje manejes.
Es por eso que no siento culpa, que no me arrepiento, que no me pillan en falso, que no acostumbro a cambiar de tema.
La vida no es solo como la vemos, no, es como la sentimos, las pensamos, la expresamos. Es por eso que creo que debemos cuidar nuestro lenguaje. Que debemos expresar con propiedad nuestras ideas para no caer en el error de cambiar lo que de verdad importa: la verdad. La de cada cual.
Un beso de noche larga. mjo
Nota: Toca trabajar.
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