sábado, 21 de marzo de 2020

Luz en cuarentena


Como los girasoles buscamos el sol. 

Por la mañana tocan ventanas al norte y por la tarde balcones al sur. Ahora, que son casi las seis de la tarde, después de una riquísima y larga siesta, me pongo a escribir entre macetas de aloe vera, hiedras verdes y un limonero repleto de brotes color añil. Esto es tranquilidad. Con no dejar a los malos pensamientos entrar con la brisa en mi pequeña cabeza, todo hecho. No se siempre es fácil, pero se intenta.

Cada mañana, el joven que vive en la parte trasera de nuestra casa, nos regala un variado repertorio con su acordeón. Toca muy bien y además, es un encanto. Bailamos, cantamos y aplaudimos desde nuestras casas. En el callejón, de pronto, se hace fiesta y nos vemos las caras y nos saludamos con cariño.

Por las tardes, toca salir a este balcón largo desde el que puedo ver el sol meterse entre los tejados cercanos. Los últimos rayos de sol me dan en la frente mientras escribo o charlo con el vecino. Hoy la vecina de abajo de la otra vecina de arriba nos ha puesto un Eskerrik asko en los cristales. Así andamos todo el día, con mensajes de colores. Pronto, no vamos a necesitar cortinas. Tenemos 4 nombres, siete corazones y algunas banderas de otros países. 

Tengo ganas de que salgan las niñas para verlas un rato. Ayer me decía N. que no puede cantar porque el micro se le ha estropeado. Ser más bonita es casi posible. 

Un beso a su amatxu que ayer estaba un poco triste pero hoy ya está un poco mejor. mjo

Nota: Se mete el sol. Refresca. Toca campamento base de interior, ... o chaqueta.

2 comentarios:

Gontzal dijo...

Tiene esto de la cuarentena cosas maravillosas como recuperar un poco el espíritu de vecindad. Yo creo que estoy viendo las caras de mis vecinos por primera vez en cerca de diez años que llevo aquí.

Pero como todo lado tiene su cruz también tengo un vecino jeta que como su piso da al mismo patio que el mío todas las mañanas y tardes lo usa como patio de juegos de su hijo. Que el niño no tiene ninguna culpa pero tampoco es lo suyo.

Muxus

marieta soul dijo...

Ojalá el egoismo desapareciera a la vez que el virus. Así, podríamos empezar todas las personas de nuevo, pero en una edición mejorada.

Un beso de cada vez que se ve olvida tu cara, busco la foto del gorro y la lengua fuera. mjo