lunes, 6 de octubre de 2014

Filósofo chino.


"El que domina a los otros es fuerte; el que se domina a sí mismo es poderoso."

Lao-tse.

En eso ando. En dominar mis impulsos más barrio bajeros y no dejarme llevar por esa rabia interior que a veces (demasiadas veces) inunda mis venas y me altera a mí entera. Y es que es tan fácil irritarse cuando la persona adversaria dice lo contrario a lo que pensamos. O cuando, al decir algo, la otra persona no quiere escuchar nuestras palabras. Y ¿para qué? si en el fondo la mejor manera de aprender es escuchando y no discutiendo. ¿Y para qué alterar el ánimo, si no añade nada al razonamiento? Una vez leí: "Por cada minuto que permaneces con rabia, pierdes sesenta segundos de paz." Y yo (lo juro) quiero vivir en paz. 

Eso sí, no va a poder ser hoy ni ahora. El vecino de arriba está de obras, y parece como si el techo de mi casa (de mi hogar) se fuera a venir abajo. Escapo. Me alejo del ruido. Y me voy a clase. Espero poder, entre oscuros y discutidores natos, no perder la paciencia, respirar hondo cuando haga falta y no entrar a matar cuando ya nada retenga mi naturaleza guerrera. Deséame suerte.

Un beso de lunes fresco. mjo

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