miércoles, 1 de octubre de 2014

Trece.


"¿Cuánto tiempo permanecí sentada en la escalera después de leer la carta? No lo sé, porque estaba hechizada. Las palabras tienen algo especial. En manos expertas, manipuladas con destreza, nos convierten en sus prisioneros. Se enredan en nuestros brazos como tela de araña y en cuanto estamos tan embelesados que no podemos movernos, nos perforan la piel, se infiltran en la sangre, adormecen el pensamiento. Y ya dentro de nosotros ejercer su magia. Cuando, transcurrido un buen rato, finalmente desperté, tan solo puede suponer qué había estado sucediendo en las profundidades de mi inconsciencia. ¿Que me había hecho la carta?"

El cuento número trece. Diane Setterfield.

Me lo han recomendado dos amigas a las que leer apasiona. Voy a por él.

Un beso de día indeciso, y octubre de calendario. mjo

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