miércoles, 8 de octubre de 2014

Ya tenemos piedras.


Para hacer un muro contra los ruidos, para construir una fuente oriental en el jardín de atrás, para decorar la chimenea, para hacer tumbas la noche de los muertos, para una corazón gigante el día de San Valentín, para jugar a la petanca, para relleno de colchones, para drenaje de limoneros, para regalar media docena a los vecinos molestos, para hacer una buena montaña, para calzar los muebles, para ... Se me ocurren mil maneras de utilizar las piedras halladas en tu jardín ¿quién las pondría ahí? Con esto del curso sobre ideas creativas para la empresa ahora me paso el día enumerando posibilidades para las cosas más banales.  Un desbarajuste de cabeza tengo. 

El caso es que ayer, una vez más, me reprendió mi elegante amigo ante mi falta de compromiso para con este querido blog y es que tiene razón, toda la razón. En mi defensa sólo puedo decir que las horas vuelvan, las tareas son muchas y yo soy pequeña y me canso pronto. Un birriecilla.

Hoy ya es miércoles, mañana jueves y tenemos nuestro primer rincón. Ayer empezó el curso de cine. Nos contáis ¿vale? 

Un beso de piedras, musgo y travesaño viejo. mjo


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por cierto, no os llevasteis parte de la cosecha. Y es lo suyo.
El día que yo os eche una mano en vuestra huerta seguro que me llevo unas lechugas frescas de regalo. De esas que no tienen fungicidas y los caracoles se arrastran como locos por comérselas.
Pues vosotros no os llevasteis vuestra parte de la cosecha de piedras.
El viernes os lleno el portamaletas del coche!
Besos. K.

marieta soul dijo...

Lechugas, acelgas, cebolletas, calabacines, (nuestra huerta es vuestra huerta) .. y sí, los bichos
viven felices sin miedo a intoxicarse, sólo deben tener cuidado con un niño flaco al que le gusta capturar gusanos y ... mejor no sigo.

Buena mañana de viernes. Un beso. ¿Qué seto?