jueves, 11 de diciembre de 2014

7 encuentros, alguna llamada despistada y dos correos muy cortos.


No hizo falta mucho tiempo (ni mucho de nada) para sentir confianza. Unas risas, tres secretos y unas cartas de colores. (Más adelante, para los detalles más pequeños, una escacharrada lupa. Y tal vez una linterna.) El segundo encuentro ya, entre tanto dibujo y tanta tarjeta, se fue llenando de futuros regalos: alguna fotografía bonita y unos 83 dibujos suyos que guardaré con cariño. A la tercera me había hecho los deberes. Increíble pero cierto. Y bien hechos, aunque yo no los entienda. Son números. En todos los demás encuentros ... un lío, ya no recuerdo. De todo un poco. Yo me empeño en visualizar paseos familiares por la playa, mientras él me habla de cosas que yo desconocía. Y sin darnos cuenta, el próximo jueves se acaba la historia de tutor y pupila. No quiero echarte de menos. Pienso. Dice que sí, claro, Estaremos en contacto. (Como buen caballero que es). Y espero que cumpla, que amigos así no se encuentran muchos en la vida. (El moletero, el de la nasa, ... )

Un beso de caléndula, ortiga y cardo. mjo

Nota: Estoy segura. Cada vez que preguntes la hora, te acordarás de ... Plencia.

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