martes, 2 de diciembre de 2014

Tengo el pelo fatal.


Tengo que dejar constancia. Me debato entre la máquina corta-pelos o la santa paciencia de esperar a que la melena crezca y hagamos algo con ella. Ahora está imposible. A mí, que me gusta el pelo despeinado y un poco rebelde, ahora lo tengo tipo Sor Purísima de la Trinidad del Santo Remedio y no lo puedo soportar. ¡¡Qué se me pone cara de buena!! Y no, eso sí que no. Antes rapada que con cara de buena. No lo soporto. Llevo esquivando el momento de raparme desde antes del verano; y es que a mí me gusta mucho eso de rapar y empezar de nuevo. Todos los pelos cortados con la misma largura. Todos creciendo en alegre armonía. Las mejores melenas las he conseguido yo así. Y es que a las peluqueras les gusta mucho la tijera. Y eso de quitar volumen. ¿Por qué? ¿Para qué? Para que parezca que tengo pelos de rata, no gracias. Mi madre me dio pelo, pues pelo. Me dio canas, pues canas. Tengo una desazón... Cada vez que me veo en un espejo o escaparate pienso: de hoy no pasa, ¿dónde está la máquina? ¿dónde está la máquina?

Un beso de una inofensiva desquiciada. mjo

Nota: Si me ves con el pelo tipo "me alisté a la marina" no te asustes, sigo siendo la misma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si no te gusta el corte, rápate el pelo. Tipo marine o como tú quieras.
Pero no, bonita, Sor Purísima de la Trinidad del Santo Remedio noooooo pareces.
R.
P.D. ¿por qué tengo yo que demostrar que no soy un robot?

Anónimo dijo...

Preciosa, si no te gusta ¡a por él!
Un beso
Fátima

marieta soul dijo...

Ayer agarré las tijeras y ... paré porque tenía que ir a la escuela, que si no ...

Un beso a las dos más guapas del reino. mjo