jueves, 7 de mayo de 2020

¿Puedo decirlo?


Siempre intento ver el lado de las personas, y no suelo juzgar porque yo misma no estoy libre de pecado. Pero sobre lo de ayer, no puedo callarme, tengo que hablar, o mejor aún, escribir.

Desde que todo esto nos metío en nuestras casas (sí, sí, me refiero al virus, claro) nuestra mayor preocupación han sido las personas de más edad, ¿no es cierto? Por ser más frágiles, y porque nos dieron la vida.

Hasta aquí, todo el mundo de acuerdo. Entonces, que alguien me explique por qué motivo en el horario de salida de nuestras personas mayores no nos quedamos en casa y sin embargo andamos dando vueltas por el pueblo como si su salud nos importara un comino en pepitoria.

Ayer, el tirillas y una servidora, apretamos el paso para llegar a tiempo a casa (a las 19:00 horas) para dejar espacio libre en calles y aceras, pero extrañada (y un poco alterada también) comprobé que esa preocupación no era compartida, y llegué a casa convencida: tenía que escribir sobre mi malestar.  

Por favor: organízate mejor y no invadas las horas que han marcado para diferentes edades, con tu graciosa presencia. No sabes si estás bien, o contagias. No es tan difícil respetar los horarios. ¿Qué eres tú más que yo para tener una libertad de movimientos y horarios que aún no nos han otorgado? Si yo respeto, tú también respetas. Y si tú no respetas, pones en riesgo el esfuerzo de todas las personas que (al contrario que tú) tienen más de dos dedos de frente en la cabeza.

Un beso a las personas que sí hacen todo lo que pueden. mjo

Nota: La gente estupida lo es en todas las facetas de su vida. Y también en cuarentena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues sí, querida amiga, como tú misma vaticinaste no hace mucho en este blog al escribir sobre lo que ocurriría después de esta pesadilla, a algunos nos cambiará para bien, a otros quizá para mal y algunos ni nos afectará en nuestros comportamientos. El problema es que somos un grupo social y nuestras decisiones afectan al grupo, perdón, a la salud del grupo.