lunes, 21 de marzo de 2011

Ayer empezó la primavera.

No lo parecía pero sí. 20 de marzo, puntual como todos los años.
El cielo estuvo gris durante el día pero por la tarde empezó a clarear y si os fijasteis, las nubes eran igualitas a las que pintaba Enrike Renteria. (Santa María de Amorebieta, 1970. Oleo sobre madera, 71 x 50. Colección particular. Para más señas) El mismo cielo cubierto de pequeñas nubes naranjas y rosas.

De un libro que se hizo, guardado, ...

"Fue un especialista. Se dedicó en cuerpo y alma al paisaje. Como el propio artista indicó con ocasión de una de las pocas oportunidades en las que concedió una entrevista: "Yo estoy en que la naturaleza me desborda a mí y a todos, y que por mucho que sueñes hay un momento en la calle que te desborda, ves un atardecer o un efecto de luna en un lugar y dices, esto yo no lo he soñado nunca, es decir que si hablando poéticamente, si estamos hechos para ver ... eso es lo que yo busco."

"Contra la plena adscripción al impresionismo el autor se revela: "yo busco otra cosa, la parte espiritual". A continuación, honesto y humilde, dice: "quisiera dar con ello, pero a lo mejor no lo consigo."

Esto, aquí escrito, se publicó en 1999 en un catálogo que se elaboró con motivo de la exposición que recogía una pequeña muestra de toda su obra.
Yo colaboré, y no sé si estuve en su estudio o si lo soñé.

Y os preguntaréis ¿y por qué escribe hoy de él? ... pues por eso, por la sencilla razón de que cada vez que veo el cielo en primavera, con esos cirros de colores, naranjas, rosas y amarillos, me acuerdo de su pintura. Y digo en bajo, y sólo para mí, "mira: el cielo de Renteria".

Un beso. marijo

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