La otra noche, después de nuestro encuentro en el sofá, Izaskun me preguntó: Y tú ... ¿cuándo lees?.
En eso momento dije algo así como: Pues ... por las noches, cuando mi hijo ya está en la cama. Y la pregunta se repitió entre unos amigos el fin de semana, y con Zapi, con quien también hablé de ello el otro día. La gente que conozco ... ¿cuándo lee?. Casi todos coincidimos en que si no ves mucha televisión, tienes más tiempo para leer. También hay quien lee en el autobús o en el tren que les lleva de su casa al trabajo, y del trabajo vuelta a casa otra vez. Hay de los que confiesan que incluso en el baño leen (como un amigo mío). Hay quien, como yo, si tienen que esperar en la consulta de un médico, siempre llevan un libro o alguna publicación a mano. También suelo ver personas que leen en la espera al dentista o en la cola del paro. Por supuesto, suelo ver leyendo a todas las que acuden a la biblioteca. El otro día me fije también y la mayoría de las personas que regentan un establecimiento, un negocio propio o ajeno, esas, también suelen alternar el trabajo con el entretenimiento ... de leer.
Vamos ... que lo de leer, si te fijas, es posible en cualquier lado. Sólo necesitas una palabras escritas y prestar un poco de atención. No es más.
Y yo ¿cuándo leo? Debería haber dicho: Pues siempre que puedo.
Un beso con paraguas nuevo. marijo (la del rincón)
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