Está visto y comprobado que si no nos organizamos (un mínimo al menos) los días se nos van volando sin hacer nada en concreto, y al final, todo queda para mañana. Entre llamadas necesarias para el corazón y escrituras hechas con amor, a mí, se me va la mañana y buena parte de la tarde entera. Limpiezas, ropas, orden y concierto... te acuestas por la noche y piensas, ay, chica, si hoy no has hecho nada.
Tampoco hay que agobiarse. Lo importante es lo importante y eso está bastante bien cubierto. Me falta tiempo para leer o para dibujar más rato, pero eso es porque todo lo hacemos entre tres, las necesidades se comparten y es más dificil concentrarse que rendirse a la corriente y pensar: mira, mañana, será otro día.
Hoy hemos hecho una lista, y de momento, vamos bien. Aunque son casi las 12 y solo hemos tachado, de todas las cosas, así como 2 y media, ó 3. No estoy muy segura. Pero hay que ser positiva, yo creo que para la hora de salir a aplaudir (que a eso no fallamos nunca) habremos hecho por lo menos las cosas anotadas en color verde pistacho. Las naranjas ya veo que van a ser pospuestas y las rojas, anuladas.
Un beso de exigencias, las justas. mjo
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