martes, 27 de marzo de 2012

Leer o no leer. That is the question.


"Leo por costumbre"
me dijo el otro día en el parque una madre. Ya no tiene que cuidar de sus hijas, ya se cuidan ellas solitas, o al menos eso dicen e intentan. Pero de todas maneras está ahí, en un banco de madera, todas las horas que sean necesarias, por si la pudieran necesitar para algo, ... agua, dinero, una orden, un mimo, ... Y mientras, al rico sol de esta primavera resplandeciente que asoma ... lee. Por costumbre, por necesidad, por vicio, por soledad, por todo un poco y todo a la vez. La cuestión es leer.

A las personas a las que les gusta leer ... no pueden NO leer. Sea lo que sea, y sea en el momento que sea, pero hay que leer. Los ojos echan de menos las palabras encadenadas que otro pudo escribir, las manos añoran el tacto del papel y el peso de su cuerpo. El cerebro necesita recibir. Como una laguna seca si no llueve, como una planta que amarillea si no llega la luz. El cerebro necesita la paz de la concentración. La paz de la concentración que da la lectura. Por eso leo yo. Para que mi cerebro a veces se detenga en una carrera veloz sin meta definida y sin objetivo claro y se deje llevar de la mano por la historia que alguien creyó necesario contar.

Leo porque me gusta y porque no puedo vivir sin leer. Y tú ¿porque lees?

3 comentarios:

Oihane dijo...

Hoy he perdido un autobús que ha pasado delante de mí por estar absolutamente inmersa en el libro...y no me ha dado tiempo a levantar la mano...

Anónimo dijo...

¡Hola Oi! ¿Cuál era el libro?

Oihane dijo...

RAYUELA...otra vez, como siempre...lo estoy releyendo y estoy descubriendo tantas cosas nuevas como autobuses voy perdiendo...;-)