...que han hecho
posible continuar con el curso escolar
Quiero dedicar mi más sincero reconocimiento a todas esas personas que
se dedican a la enseñanza, y que, ante la pandemia y la imposibilidad de acudir
a las aulas, no se han rendido y han conseguido, desde sus hogares, que
nuestras hijas e hijos, siguieran con sus actividades y sus estudios, logrando
así, no perder clases y con ello conocimientos académicos. Además, y tan
importante como lo anterior o más, han conseguido mantener esa rutina tan
necesaria y aconsejable en esos días donde reinaba el aislamiento. Lo de ir a
clase, aunque solo fuera de manera virtual, les otorgaba una continuidad, un
horario y una serie de obligaciones que han mantenido sus mentes ocupadas y
despiertas. No ha sido nada fácil, seguro, pero era necesario y es por ello que quiero dar las gracias desde aquí, a todas esas personas.
Somos
conscientes de que en muchos hogares, profesoras y profesores han tenido que
ser a la vez, madres, padres y educadores. Doble tarea en un mismo espacio,
donde además ejercían la psicología para entender, a través de llamadas,
videollamadas o correos, cuál era la situación de cada alumna o alumno. Problemas
de conexión, falta de equipos informáticos, o lo que es peor, contagios y
dificultades económicas. Todo eso afecta siempre en una vida normal. Más en una
situación de riesgo sanitario y confinamiento, con la inseguridad y los miedos
que ello conlleva.
Todas las
edades, y todas las necesidades se han cubierto con tesón, paciencia y cariño,
y es que hay mucho de vocación en la carrera de la enseñanza y eso se nota
siempre. Andereños y maixus han trabajado de sol a sol para preparar las
materias, mantener el contacto, corregir y ayudar, … y todo eso no tiene
precio. Y si lo tiene, es muy alto.
Ahora les toca
preparar un nuevo curso lleno de incertidumbres: clases presenciales, online,
mixtas. Nadie lo sabe ahora, y posiblemente nadie lo sabrá hasta septiembre, es
por ello que tendrán que anticipar todas las opciones para, en ese momento,
poder seguir enseñando.
Gracias, de
verdad, por no rendiros y enseñar a nuestras hijas e hijos a no rendirse.
Posiblemente la lección más importante en nuestras vidas.
Un beso de una amatxu que tampoco se rinde nunca. mjo