Irina Bazili entró a trabajar en Lark House, en las afueras de Berkeley, en 2010, con veintitrés años cumplidos y pocas ilusiones, porque llevaba dando tumbos entre empleos, de una ciudad a otra, desde los quince. No podía imaginar que encontraría su acomodo perfecto en esa residencia de la tercera edad y que en los tres años siguientes llegaría a ser tan feliz como en su infancia, andes de que se le desordenara el destino.
Isabel Allende. El amante japonés.
Mi amiga, esa que sale tan guapa en las fotos, esa que lleva el pelo de dos colores y que es mi mejor aserora en las rebajas, esa misma... me recordó este libro el otro día. Y como al llegar a la Biblioteca allí estaba, en novedades, como tantas veces ocurre, no pude hacer otra cosa que traérmelo a casa.
Un beso a las casualidades de la vida. mjo
Nota: Gracias por regalarme una nube.
1 comentario:
Gracias a tí por todo, compartiremos nubes, rebajas, amantes japoneses y lo que haga falta. Gracias a tí, siempre
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