A una persona (muy cercana a mí) le ha dado por correr. Así, de la noche a la mañana. Empezó con una pequeña excusa casero-familiar y ahora ... no puede parar. Bueno, no es para tanto, pero lo cierto es que ahora le gusta (cosa que antes no) y le apetece (cosa que antes tampoco) y le viene bien (claro, el deporte siempre viene bien).
Por las mañanas, llueva o haga sol, ahí se va, con sus zapatillas y su ropa nueva, a hacerse unos kilómetros (cada día un poco más) y vuelve cansado pero contento. Ver para creer.
Mañana voy a pasarme por la biblioteca a coger (si está libre) De qué hablo cuando hablo de correr. De Haruki Murakami.
Creo que podría gustarle.
Un beso grande ... y corre. Yo te espero. mjo.
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