No nos lo acabábamos de creer. Pero era cierto. Nieve. Poca, pero nieve. Y frío, mucho frío. Y pensar que el miércoles merendábamos junto a la fuente (la antigua fuente del ayuntamiento, ubicada ahora en el barrio de Larrea) en manga corta. Menos mal que ya estaba yo avisada. En la panadería una se entera de todo. Ni radio, ni prensa ni parte meteorológico, yo sólo tengo que acercarme a por el pan y ya me entero de todo lo interesante que pueda acontecer sobre la climatología y mucho más. Si es que no hay nada como el pequeño comercio; amable, correcto, y cercano. Como a mí me gusta. Dicen que año de nieves, año de bienes. Eso espero. Cada vez que una pequeña tienda se cierra, algo de nuestra historia de pueblo se va.
Un beso a la panadera, a la pescatera y al carnicero. mjo
2 comentarios:
un beso a ti tambien por alegrarnos las tardes del rincon
Graciasssss, hoy estaba a falta de besos y mimos. mjo
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