Ha caído hoy, como una hoja de otoño, sobre mi mesa de vidrio. No he podido leerla en el momento. No estaba sola. Después, con gafas y calma, le he echando un primer vistazo. Y después otro. Y otro. Pensaba que sabría de quién provenían esas letras mayúsculas. Ni idea. La he leído 6 ó 7 veces. No soy de capaz de adivinar su procedencia. Ni siquiera puedo asegurar si es un hombre o una mujer la persona que no ha firmado la nota. Estoy intrigada. No atino a imaginar quien, desde Hondarribia, un día laboral, puede haberse acordado de mí.
Si eres tú, y estás leyendo estas líneas, perdóname, por favor. No sé quien eres. He pensado en una serie de personas pero, por uno u otro motivo, las he ido descartando. Me planto. Pongo tu postal en un lugar privilegiado y te espero. Algún día vendrás y yo podré darte las gracias por este regalo.
Un beso con sello de Correos. mjo
Nota: Las chicas del rincón se van a burlar de mí, seguro.
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