"Maddalena y Salvatore no tienen hijos. Es lo que más desean en la vida. Pero tienen un gato a rayas, como un cachorro de tigre, chiquitísimo, que se llama Míccriu. Lo tratan como a un niño, aunque Míccriu no está por la labor de pasar por humano y quizá estuviese mejor antes, cuando en lugar de la cesta de mimbre y la cubeta y todas esas pelotitas y pajaritos de juguete, solo era dueño de las rayas de su pelambre."
Milena Agus
Un beso de me persigue Cerdeña. mjo
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