domingo, 17 de marzo de 2019

Irresoluta


Escapista, ociosa, irresoluta, auto-compasiva e inconstante. Casi nada. Así me describe, basándose en mi horóscopo, una publicación en la que leo mis virtudes como piscis, y por supuesto... también mis defectos. 

Soy consciente, siempre lo he sido, de mi tendencia a la imaginación desbordada por proa y popa, de mi inclinación a la dispersión multi tareas y de mi gusto por las paradas obligatorias para respirar, charlar o sonreír, aunque tenga la mesa llena de tareas. Irresponsable, sí, un poquito. Fantástica, hasta decir ya está. Ficción y realidad se mezclan en mi cabeza como un zumo de pomelo y naranja. No puedo evitarlo. Es más,... lo fomento. Las personas que me conocen saben que vivo en una pequeña nube que vuela según sopla el viento. Y me gusta. Y no diré que lo siento. La personalidad no se puede cambiar. Tal vez, trabajar sobre los inconvenientes. Por ejemplo: la impuntualidad, el desorden, la irresponsabilidad. 

De todas las palabras que digo arriba, irresoluta es la que más me ha llamado la atención, no por falsa o poco cierta, no, por contundente. Soy irresoluta. Toma ya. Y la frase llega justo en una semana en la que los proyectos se acumulan porque si no alcanzo (lo que yo considero) la perfección, los dejo en un esquina. ¿Cuánto tiempo? hasta que alguien me llama y me dice ¿Cuándo vienes? Te esperamos. Y entonces no hay excusa ninguna y pongo un turbo que llevo acoplado a mi persona para estos casos y todo llega a tiempo. Sí, llego, pero antes de eso ... irresoluta perdida. 

Un beso de tengo que mirármelo. mjo

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