Érase una vez el mando

Fuente de disputas, sonajero de desvelos, prolongación del ... (paro) Nunca ha sido artículo de mi devoción. Siempre amigo del más rápido y del más adicto. Yo lo toco poco. No lo necesito mucho. Y por supuesto, no me toca nunca. De él salen demonios, noticias, dragones, cuchillos, héroes y heroínas, polis y ladrones, fantasías sin colores y un sinfín de desdichas que inundan la sala sin llamar a la puerta. Voy a sacarle una foto, para cuando lo eches de menos. Para cuando no lo encuentres, porque pienso esconderlo. Sí. Cuando yo quiera algo, no lo voy a anunciar, lo voy a coger. Y no habrá opción, ni excusa, ni cinco minutos solo. Gran mentira. Esta semana mando yo. Mando, sobre el mando. Y veré, por fin, lo que yo quiera. 

Un beso de pataleta y mordida la lengua. mjo